“Rastros de un origen” es un ensayo fotográfico analógico en blanco y negro que recorre la barranca de Rosario como territorio fundacional, herido y en transformación.
La barranca del río Paraná posibilitó el nacimiento mismo de Rosario como ciudad. Su desnivel la convirtió en un puerto y elevador de granos natural ubicado estratégicamente. Lo portuario dio origen a una urbanización que acompañaba el crecimiento económico con infraestructura definiendo su relación con el río. Hoy, esa misma ciudad le pide permiso a los rastros de su origen para habitar el paisaje que yace por debajo: un paisaje olvidado, pero latente.
La serie busca registrar ese umbral inestable donde la infraestructura deja de ser función para volverse vestigio. Allí donde antes operaba la maquinaria del intercambio, hoy se filtra el paisaje, lo habitable, lo poético, lo mínimo.
El ensayo propone una reflexión visual sobre el modo en que el paisaje urbano retiene memoria, y sobre cómo los rastros del origen dialogan —a veces en tensión, a veces en silencio— con nuevas formas de habitar.