Esta serie propone una mirada sobre objetos, espacios y signos que quedan fuera del circuito activo del consumo. Muestra lo que ya no se desea, lo que fue desplazado, lo que no sirve, o no tiene una función clara.
A través de escenas urbanas y fragmentos cotidianos, las imágenes registran el tiempo acumulado en lo que no se vende, no se usa, no se mira. Se trata de la pausa, el deterioro y la quietud.
Cada imagen plantea una pregunta silenciosa: ¿qué lugar ocupa lo descartado en nuestra experiencia urbana?
Lo que no se consume es también una forma de resistencia visual sobre la materia que no desaparece, aunque ya no tenga el valor que tuvo.






