Fotografía tomada en La Habana, Cuba, que retrata una escena urbana espontánea y profundamente humana. En un entorno deteriorado pero vibrante, tres jóvenes mujeres conversan frente a una pared agrietada de tonos naranja y beige, mientras una mujer mayor, de pie y con los brazos cruzados, observa hacia otro punto, aparentemente ajena a la charla.
La composición divide sutilmente la imagen en dos planos: el dinamismo juvenil y la quietud reflexiva de la adultez. La vestimenta colorida y el fondo descascarado dialogan con la realidad del Caribe urbano, donde la resistencia cotidiana se expresa en los cuerpos, las miradas y los silencios.
La textura arquitectónica, la paleta cálida y el encuadre frontal refuerzan una estética documental que celebra la dignidad de lo común, lo femenino y lo comunitario en las calles habaneras.