Urano es un proyecto fotográfico construido a lo largo de una década, a partir de viajes por territorios de naturaleza agreste. Durante esos recorridos, desarrollé un registro visual que con el tiempo fue configurando una narrativa propia: una geografía incierta, que no busca documentar un lugar reconocible, sino abrir un paisaje imaginario, anterior a toda clasificación.
Las imágenes podrían ser paisajes, pero también podrían no serlo. Oscilan entre lo abstracto y lo tangible, como fragmentos de un mundo que no necesita ubicarse en un mapa ni fijarse en una temporalidad específica. La intención es construir un universo visual autónomo, sin referencias externas, en el que sea posible perderse.
Urano es una invitación a atravesar una atmósfera que bordea lo arcaico, lo desconocido y lo vital. Cada imagen propone una experiencia sensorial y poética donde el paisaje es una fuerza activa. La potencia de lo vivo —en su estado más elemental y brutal— guía esta exploración que no busca respuestas, sino sostener el misterio.